lunes, 26 de septiembre de 2016

Ensayando sobre el Portafolio educativo

Si nos ponemos a enumerar retos, cualquier inicio de curso es un reto en sí mismo: entusiasmar a los alumnos desde el primer día, aprender todos sus nombres lo antes posible, configurar exámenes rápidos de corregir (ya por pedir...), incorporar las nuevas tecnologías en clase cada vez un poco más... 
En la línea de esta última es donde yo encajo el portafolio para mí y donde me planteo darle un giro a mi blog de aula para convertirlo en algo que sea útil de verdad a mis alumnos y que les sirva de portafolio este año (al menos para repasar antes de los exámenes), pero quizá en los posteriores cuando les pueda surgir una duda sobre algo visto y les pueda venir a la cabeza alguno de los esquemas, cuadros o resúmenes vistos en mis clases.
Por eso me planteo que sean ellos quienes lo configuren (y aquí va otro reto más, este de "triple mortal ¿sin red?"). Creo que si ellos elaboran los materiales, les ayudará más para aprenderlo, para repasarlo y, sobre todo, para interiorizarlo.
De cara al futuro, les puede ser útil ver qué técnicas les ayudan más a recordar para un examen: un resumen con colorines, un cuadro, un mapa conceptual, un esquema de flechas, un podcast para ser escuchado...
Pueden facilitar, también, el trabajo a sus compañeros de próximos años. En cada curso deben completar y mejorar el trabajo de los cursos anteriores (o completarlo con otras técnicas y/o apps).
Quizá el aspecto más débil, al menos para mí, es calcular de antemano cuánto tiempo les va a ocupar hacer cada una de las cosas, cómo funcionar con menores en internet a la hora de sus permisos de edición en un blog (hacer yo la función de subirlo, no me importa, pero a ellos no les permite hacer todo el proceso, que me parece muy interesante)...
No me suele preocupar el "agravio comparativo", pero hay casos en que haces cosas novedosas y los padres cuestionan por qué (creen que no van a aprender, temen no acabar los temarios...) y los compañeros prefieren los métodos tradicionales y no liarse con tantas cosas... pero a veces les molesta que los chicos comenten esas otras técnicas en sus clases (e, incluso, se las propongan).
Está claro que, hagas lo que hagas, no va a gustar a todo el mundo. Por eso, en estos casos prefiero plantearme si ayuda a estudiar y a aprender (sobre todo esto segundo) a mis alumnos. Y en función de eso me embarco en las técnicas que empleo en clase.

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